martes, 10 de julio de 2012

REPRESENTANTES DE LA ORATORIA GRIEGA

Lisipo:


(Sicione h. 390 - ? h. 310 a. C.) Escultor griego. Su obra refleja la transición del arte clásico al helenístico. Introdujo un nuevo canon de belleza en la escultura, con proporciones más alargadas, mayor naturalismo y un nuevo sentido de las dimensiones, abandonando el punto único de vista frontal. Fue retratista de Alejandro Magno. Sus esculturas más representativas son Apoxiomeno, El carro del Sol, Heracles, Epitrapezios y Hermes sentado.



Platón


(Atenas h. 428 - id. 347 a. C.) Filósofo griego. De familia aristocrática, fue educado por los mejores maestros de la época, en contacto con las obras de Homero y Píndaro, lo que contribuyó a que sus primeras aficiones fueran literarias. A los veinte años conoció a Sócrates, con quien convivió durante ocho años y con el que se inició en la filosofía. También fue educado para participar activamente en la vida política de su país. Sin embargo, la situación política de Atenas, opuesta a sus ideas, y el fracaso en sus intentos de organizar otros Estados -en concreto Siracusa, donde llegó a ser vendido como esclavo- le llevaron a apartarse de la actividad política y a dedicarse al cultivo de la filosofía en la Academia, que fundó en el año 387 a. C.



El pensamiento de Platón se apoya en la afirmación socrática de que el hombre está hecho para la ciencia; y uno de sus objetivos fundamentales es el de explicar cómo es posible que el hombre posea conocimientos científicos. Si la ciencia consiste en un conjunto de afirmaciones universales, necesarias e inmutables, y la ciencia existe y tiene valor, sólo puede ser porque existen realidades universales, necesarias e inmutables. Y como estas realidades no se dan en el mundo sensible, compuesto todo él de cosas concretas y cambiantes, tiene que existir otro mundo en el cual tengan su sede esas realidades, a las que Platón llama ideas y cuyo conocimiento hace posible la ciencia. De estos dos mundos, el sensible, en el que vivimos, y el de las ideas, el auténtico es el segundo de ellos; el sensible es sólo una sombra del mundo de las ideas.
La concepción que Platón tiene del hombre está en consonancia con su visión de la naturaleza. Piensa que el hombre es un alma inmortal que se encuentra encerrada en la prisión del cuerpo. Antes de este encierro, el alma ha vivido en el mundo de las ideas y las conoce; pero, al unirse al cuerpo, olvida ese conocimiento; sólo la visión de los objetos del mundo sensible que son copias de las auténticas realidades, de las ideas, le pueden llevar al recuerdo de ellas. También afirma que el alma inmortal, de carácter racional y espiritual, tiene que ser la que dirija y domine las almas mortales (la irascible y la concupiscible) propias del cuerpo.


En cuanto a la sociedad, Platón mantiene que está fundamentada en la naturaleza humana y no es sino una prolongación del organismo humano individual. Compuesta también por tres estamentos distintos -los filósofos, los militares y los productores-, que corresponden a las tres almas del hombre, debe organizarse de tal manera que cada uno de los tres estamentos cumpla sus funciones sin salirse de ellas: los filósofos deben gobernar y dirigir la sociedad, los militares deben defenderla de sus enemigos y los productores elaborar los bienes de consumo, para satisfacer las necesidades de todos los ciudadanos. La mayor parte de las obras de Platón están escritas en forma de diálogos; algunas de las más importantes son Apología de Sócrates, Lisis, Protágoras, Gorgias, El banquete, Fedón, La república, Teeteto, Parménides, El sofista y Las leyes.



Aristóteles

(Estagira, Macedonia 384 - Calcis, Eubea 322 a. C.) Filósofo griego, discípulo de Platón y preceptor de Alejandro Magno. Fundó en Atenas la escuela del Liceo, también llamada peripatética porque Aristóteles impartía sus enseñanzas paseando con sus discípulos. Acusado de impiedad, abandonó Atenas y se refugió en Calcis, donde murió.

La obra de Aristóteles es la síntesis del pensamiento griego de su época. Aristóteles formula una teoría según la cual el conocimiento humano se basa en la realidad de los objetos del mundo sensible a través de los datos e informaciones que suministran los sentidos. En su lógica, Aristóteles expone las categorías del ser y las clasifica en diez tipos, distinguiendo entre ellas la sustancia, de un lado, y los nueve accidentes* (cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, etc.), de otro. Cada realidad es un compuesto de materia y forma (teoría hilemórfica o hilemorfismo): la materia es el principio de los caracteres individuales, y la forma es universal y posibilita el conocimiento científico, que se obtiene mediante la abstracción. Los conceptos de materia y forma los utiliza también Aristóteles para explicar el cambio y para dar su visión de la naturaleza y del hombre. En éste, el cuerpo es la materia y el alma la forma; cuerpo y alma constituyen una unidad sustancial.


En su ontología, o teoría del ser, establece Aristóteles otra noción básica, la distinción entre acto* y potencia*, y concibe a Dios como sumo ser, acto puro, principio del devenir y motor del universo. En ética mantiene que el objetivo de la vida humana es la felicidad. En política sostiene que el hombre es por esencia un animal social y, como la sociedad perfecta es el Estado, el hombre igualmente es un animal político. Abordó asimismo Aristóteles la física, la biología y la astronomía, obteniendo resultados que en parte siguen siendo válidos. Su obra incluye numerosos títulos, que han llegado muy modificados por discípulos y editores: Organon, Física, Metafísica, Ética a Nicómaco, Poética, Política y otros más. Aristóteles ha ejercido una profunda influencia en toda la cultura occidental a través de comentadores árabes y escolásticos.

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